
El sueño del ser humano estaba a punto de convertirse en realidad… Acabar con el frío y la humedad del mundo. Las grandes térmicas habían conseguido igualar e incluso superar la energía del Astro Rey y con sus fluidos transformar el mar en una especie de autopista zigzagueante y arlequinada. Las nubes comenzaban a condensarse y a juntarse en una gran masa como si quisieran romper de una vez el efecto de la gravedad y hacer posible el mundo al revés… el cielo en el mar y el mar…
Mis amigos los peces, asombrados, sin saber lo que ocurría, se arremolinaban frente a mí, ávidos de información.
Quien iba a decir que las viejas sirenas como yo, saldríamos a leer las noticias que se derretían en nuestras manos, sin apenas tiempo para contarlo…
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